Entre muertos

Publicado: 1 febrero 2013 en Acá, Bajo el narcótico llamado Luna

Ayer, me asomé de nuevo por la ventana en donde te extrañaba sin conocerte. Hoy no lo puedo evitar y conservo la manía de sentirte, de recorrer tu cuerpo en mi mente, de poseerte en sueños. De soñarnos como siempre lo dijiste, soñarte y disfrutarte enmedio de feroces batallas que nunca existieron: “Porque hay que soñarnos para evitar perdernos”. Es tu valentía y la fragilidad de tu alma el inicio y fin de mi condena, porque aquí el cielo ha dejado de susurrar tu nombre. Tú siempre lo supiste, lo supiste mientras yo me cegué viéndote. En esta casa se quedan los recuerdos que no fueron, las tardes de sol a la deriva de tu lado profundo. Las noches templadas en las que me devorabas el alma. Se van los que si existieron: tu mirada abatida, tu boca sin palabras; tus pasos lánguidos regresando a casa mientras decidías que esto no podía ser, sabiendo que siempre ha sido. Hoy sentir el viento ya no es lo mismo, respiro tu dolor y me ahogo en el miedo que da saber que el camino está escrito, que ya no hay más que pensar. Estás atado y yo muy lejos para liberarte.  Me aflige saber que sólo yo tengo la llave. Yo aquí me quedo soñando a que en una de estas noches de insomnio te escapas conmigo, anhelando gritar que no necesito sentir el sabor de tu boca para saber que eres tú lo que mi espíritu ansía,  llorando ante esta, la más cruel de las ironías: Yo estoy aquí viviendo entre muertos mientras tú, muy lejos, estás muriendo sin mi.

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